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      ARTICULOS NUMISMATICOS

Dracma de Emporiton

Divisor de Emporiton

              LA INFLUENCIA GRIEGA EN LA MONEDA HISPANICA.

                                                                                                       Por Jesús Rivas.

 

 

La abundancia de metales en la antigua Iberia, atrae desde principios del primer milenio la atención de fenicios primero y griegos mas tarde. Ya sea a través de contactos directos mediante la fundación de factorías o pequeñas delegaciones en centros indígenas, se inicia un lento proceso de aculturación difícil de valorar en el  campo de las ideas, pero evidente en capítulos tan importantes como la arquitectura, alfarería o escritura.

La temprana llagada de moneda griega arcaica a la península, esta demostrado, con la pieza de electro de Focea, hallada en Alcalá del Rió y datada en la primera mitad del siglo VI AC., o el tesoro de El Arahal/Utrera  de mediados de la centuria siguiente.

Tenemos atestiguada la presencia griega en la península por escritos de la época que hablan de un rosario de colonias a lo largo de la costa mediterránea española, pero solo se ha podido establecer la existencia de vestigios en Empuries y Roses.

Empuries colonia  fundada por foceos provenientes de Massalia, fue la primera ceca griega en Iberia, sus primeras acuñaciones fueron fracciones acuñadas en el siglo V y principios del IV AC. ( como la atestigua el tesoro hallado en agosto de 1925 y publicado por el profesor Amorós en 1933, el hallazgo estaba formado por 897 monedas de plata, de las cuales 893 eran de Emporion y el resto de otras cecas, en el anverso se presenta la cabeza de Atenea de perfil, en el reverso una lechuza entre dos ramas de olivo y las letras EM, iniciales de la ciudad, la iconografía de estas piezas son una copia de los triobolos acuñados en la ciudad de Atenas durante el siglo V AC.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La aparición de la dracma a finales del siglo IV o mejor al principio de la siguiente centuria coincide con la adopción de peso estándar de 4’70 gramos cuya singularidades en  le contexto metrologico  mediterráneo ha quedado en la sobradamente conocida denominación de < patrón ibérico o hispano>

La estrecha relación de los emporios hispano-griegos con los principales enclaves foceos del Mediterráneo central y occidental como Velia y sobre todo Massalia han orientado buena parte de  las interpretaciones sobre los  pesos de las dracmas de < patrón ibérico>.

La financiación del ejercito romano en su guerra contra Cartago, se basa en la antigua y muy conocida en la región dracma emporitana. Los nuevos tipos introducidos a mediados del siglo III no afectan a su peso, que mantiene el de 4’70 gramos hasta que su aprovechamiento por los romanos, entre el 218 al 212, imponga su adaptación a la metrologia el denario con peso teórico de 4’5 gramos, si bien el peso real de estas dracmas inicia un descenso, hasta los 4’30 a 4’10 gramos que muestran las emisiones con símbolo en reverso.

Durante el siglo II AC. continua las acuñaciones de dracmas, pero suprime los divisores de plata que ahora serán sustituidos por los bronces acuñados en la misma ciudad, aunque con la leyenda iberica <UNTICESCEN>

 

 

 

 No conviene olvidar que durante el siglo III hasta mediados del siglo II AC. las piezas de plata ibéricas forman un ciclo ibérico-narbonense de sistema griego, resultando sincrónico del ciclo ibérico peninsular de sistema griego.

Así lo demuestra el tesoro de Montlaures de óbolos de Massalia y Rhode.

Rhode acuña  interesantes divisores mayoritariamente reacuñados sobre monedas punico-sardas, preludio del creciente papel que desempeñara la moneda de bronce en la monetización de la sociedad iberica.

A finales del siglo III y durante el siglo II AC., ciudades de la región catalana acuñaron monedas de topología griega, como  Kese con su hemidracma  con cabeza de Medusa, o, Iltirkes (de ubicación desconocida) con su dracma-denario de peso griego e iconografía del denario ibérico.

La presencia mayoritaria en los tesoros hallados en las costa levantinas, de fracciones de Massalia y Emporiton datadas entre los siglos V y  IV, junto con piezas acuñadas en Etruria, y sobre todo la abundancia de fragmentos o recortes de plata en el territorio saguntino, permiten reconocer la existencia de practicas dinerarias de carácter premonetal estrechamente vinculadas a la adopción de la moneda. El flexible uso de la plata troceada o “hacksilber” en los más variados pagos y transacciones, posibilita su uso paralelo al de la plata acuñada en Arse durante el siglo III AC.

Se dice, que Sagunto fue fundada por los de Zakynthos, isla del oeste del Peloponesio, sea cierto o no , Sagunto emite sus primeras monedas de inspiración masaliota hacia el ultimo cuarto del siglo III AC., solo se conoce un ejemplar conservado en el museo de Estocolmo, su iconografía es: anverso: cabeza femenil a la derecha, reverso: rueda de seis radios, entre ellos la leyenda iberica, AR-S-E—S-CE-N, se tata de una dracma de peso 2’90 gramos.

Durante el arco de tiempo que va del 226 al 219 AC., Arse,  acuña gran cantidad de pequeños divisores de plata   ( hemiobolos) de tipología heleno-punica, como los que combinan una cabeza en el anverso y una estrella en el reverso, junto con dracmas de peso y iconografía hispano-cartaginesa ( cabeza de Hércules en anverso y toro embistiendo en reverso).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Entre los años 205 al 150 AC., acuñándose algunas series en época anterior, Arse acuña dracmas de claro patrón y iconografía campaniense: anverso: cabeza de Hércules hacia la izquierda, en las series mas viejas y hacia la derecha en las demás, reverso: toro androcéfalo, con marcas como estrella, creciente o floroncito entre las patas.

Las dracmas de Arse durante el siglo II rebajan su peso a 2’48-2’68 gramos facilitando su intercambio tanto con el victoriato reducido como con el denario.

Alrededor del 130 AC., Arse deja de acuñar dracmas, introduciendo nominales de bronce

Las más antiguas emisiones de plata de la región de Arse y Emporiton, se amplían en número y ámbito geogénico a lo largo del siglo II y el primer cuarto del I AC. . Desde el noroeste con Kese o Iltirta, se extienden siguiendo el valle del Ebro como principal vía de penetración hacia territorios de los suessetanos, vascones y celtiberos.

El final de las guerras sertorianas marca un brusco descenso en las amonedaciones hispánicas, además del cese de las acuñaciones de denarios ibéricos y plata emporitana.

Llegado a este punto, no quiero dejar en el tintero una teoría que la profesora italiana Laura Bregia en su trabajo < le antiche rotte del  Mediterráneo, documentata  da moneta e pesi>  manifiesta:” la llegada de los griegos al sur de Iberia pudo crear una civilización completamente desconectada de la Focea de Emporiton y de dos o tres siglos anterior a ella.”, el tiempo lo dirá.

Dracma de Rhode

Hemidracma de Atenas

Divisor de plata de Arse

Dracma de Arse

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